Mercedes Álvarez es la directora de "El cielo gira", película documental sobre Aldealseñor, un pueblo de los páramos áltos de Soria donde sólo quedan 14 habitantes. Son la última generación después de 1.000 años de historia. Centrada en el lenguaje documental, Álvarez, que ha trabajado con José Luis Guerín, entiende que el premio que ganó su trabajo en el Festival de Rotterdam, el "Tiger Award", hay que interpretarlo "en tono de confidencia de unos habitantes de un pequeño pueblo olvidado de la provincia de Soria".
¿Cómo definiría "El cielo gira"?
Tenía la voluntad de hacer un diario, unas fotos y una crónica de una serie de personajes. Con esta película quería hablar al espectador, contarle confesiones mías y también de las personas que viven en Aldealseñor.
Un diario, una confidencia y, sobre todo, una historia muy personal.
Desde luego, porque hablo de mi familia, que tuvo que abandonar el pueblo. Tenía la necesidad de contar esta historia porque sabía que con esta última generación lo que desaparecía era un mundo que se desconoce o se conoce mal desde la ciudad. Me importaba el hecho físico de la desaparición del pueblo, pero, sobre todo, contar la memoria que se pierde. Más que los que se fueron, el objetivo era hablar de los que se han quedado, de cómo viven y piensan sobre la vida, la política y la historia, en una aldea tan apartada del mundo moderno.
Desde que acabó el rodaje, ¿han fallecido o han abandonado el pueblo algunas de las 14 personas que quedaban en Aldealseñor?
Mientras filmábamos murió una persona, sólo quedan 13 habitantes.
¿Por qué hace un documental en lugar de recurrir a la ficción?
Me interesaba hacer un retrato de estas personas con nombres y apellidos. Quería hablar de personas reales, quizá para recuperar esta capacidad que tiene el cine de volver a sus orígenes, de conservar la memoria de personas que viven. Quería retomar esta voluntad que tiene el cine de ser como un álbum de fotos. He trabajado mucho el documental, es un terreno que conozco bien y me gusta. Además el cine documental es el que más me interesa como espectadora.
Usted da la palabra a los que, por diversas razones, no suelen tener voz.
Sí. Mi trabajo es una reflexión personal sobre ese momento final que vive el pueblo. En Castilla, donde hay amplias comarcas y zonas muy despobladas, ocurre muy a menudo que la gente más mayor y más humilde no tiene voz. No es sólo un problema de la provincia de Soria. Estas personas, que suelen estar muy apartadas del mundo, han conservado un carácter muy genuino, la sabiduría popular, la capacidad para encajar las desgracias, la austeridad y la precariedad. Y al sentirse tan apartadas, hablan de las cosas graves, de la vida y de la muerte, con mucha resignación y escepticismo.
La película incluye dos discusiones entre unos vecinos del pueblo cuando reflexionan sobre la vida y la muerte y cuando se ríen de cómo los políticos quieren utilizar sus votos pero no resolver sus problemas.
En pocas palabras dicen grandes verdades. La historia se ha olvidado de ellos, y ellos también han abandonado un poco los cambios históricos, piensan que no hay posibilidad de cambio. Lo que a nosotros nos parece tan importante, la política o las elecciones, pues a ellos les parece muy secundario. Para ellos, la política queda reducida a dos personas que pegan un cartel y les ofrecen caramelos, globos y condones. Nadie se ha parado a preguntarles qué hacen en su pueblo y por qué se han quedado.
En "El cielo gira" denuncia la existencia de una España que no va tan bien y está alejada de la modernidad.
Fundamentalmente he querido recalcar el abandono del campo que es la historia de España de los últimos 40 años. La despoblación en Castilla, por ejemplo, es un problema de desatención política.
Durante el rodaje ¿cómo reaccionaron sus protagonistas?
Ya me conocían, les había hecho fotos y algún vídeo. Cuando les hablé de la película, mostraron su total disposición a colaborar. Fueron entrando poco a poco, lo más dificil fue mantener un aire de familiaridad y de frescura, que nadie notara que la cámara estaba allí. La película ha sido una exploración, una investigación, y me ha ayudado mucho con sus cuadros el pintor Pello Azketa.
¿Es dificil hacer cine experimental en España?
Sí. Se necesita tiempo y dinero público porque es muy caro. Y tienes que contar con personas que quieran vivir la experiencia. No existe un guión escrito, sólo puedes presentar unas previsiones sobre por donde puede ir la película, pero dejando claro que el guión se escribiría en el montaje. Hace falta mucha paciencia, y yo he aprendido mucho trabajando con José Luis Guerín.
En su caso, el cine es algo más que un espectáculo y una diversión.
También tiene que ser cultura, y hace falta una regulación política para conseguir este objetivo. En Francia el cine forma parte del patrimonio cultural del país. El cine no es sólo lo que hacen los americanos ni tampoco lo que se hace demasiado a menudo en el cine español. Concebir el cine sólo como un espectáculo y no como cultura me parece un error. El dinero no lo es todo.
P. SOTO
Rescatando la memoria
"Yo tenía tres años el día en que mi familia se marchó de La Aldea, a finales de los sesenta. Aunque yo y mis hermanos mayores nacimos allí - y mis padres, y los padres de mis padres - y aunque hoy puedo contar sin mezcla de olvido la vida de antepasados a los que nunca llegué a conocer, ese día de finales de los sesenta, en el fondo tan cercano, no puedo recordarlo; es como si no perteneciera a mi memoria. En los libros he leido que el pueblo tenía a principios de siglo cuatrocientos habitantes, luego trescientos, más tarde doscientos cincuenta... Hoy la comarca presenta más de cinco pueblos abandonados o en trance de desaparición. Y en toda la provincia de Soria se despuebla el paisaje y se arruina la memoria desde hace siglos en un retroceso imparable, acelerado en las últimas décadas".
MERCEDES ÁLVAREZ
