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El Palacio de Aldealseñor


Más que un castillo es un palacio y más que un palacio parece una casa fortificada.

De castillo le queda el carácter militar del torreón que por su esbeltez recuerda a los italianos de San Gimignano, en la Toscaza.

De palacio tiene sus arquerías carpaneles sobre columnas, recordando las del palacio de los condes de Gómara en Soria, sus escudos heráldicos sobre las puertas con los emblemas del sauce y cinco corazones y la monumental escalera interior.

El resto son sucesivos añadidos hasta el siglo XVI y dependencias no aptas para la defensa a pesar del almenado que exhibe, más bien decorativo.

"Nobiliario de Soria" del Marqués de Dávila Jalón

Aldealseñor fue afincamiento del linaje "Salcedo", que posteriormente fue cruzado con Ríos, Camargos y muchos otros apellidos y linajes.
Al describirse el apellido Salcedo en el expediente para prueba de nobleza por don Gaspar Salcedo y Santiesteban... Ibáñez y López, que había sido bautizado en Soria en la parroquia de San Nicolás el 26 de Julio de 1623, en el "Nobiliario de Soria" del Marqués de Dávila Jalón, se hace este relato que determina muchas circunstancias de la casa solar y torre fuerte de Aldea el Señor, de la que procedía por varonía y línea directa.

Dice así don Valentín Dávila:

"Procedía el pretendiente de la casa solar de los Salcedo, sita en Aldea el Señor, jurisdicción de Soria, pues su bisabuelo paterno fue hijo tercero de Iñigo López de Salcedo, señor de la misma casa, lo que el padre del pretendiente había probado en información pública, el año 1618, para ingresar en la "casa de los Linajes" de Soria, y concretamente en el llamado linaje de don Martín Salvador, cuadrilla Hondonera, pues aún cuando "la entrada fue por Ana de Salcedo, su bisabuela, en dicha información probó la hidalguía, así por su varonía como por su bisabuela".
Los informantes visitaron la casa solar de los Salcedo, en Aldea el Señor, expresando que la poseía don Iñigo López de Salcedo caballero de la Orden Militar de Calatrava, y en ellas reside un mayordomo, "son unas casas grandes cuadradas y, al parecer, reedificadas, y en medio de ellas una torre grande de cuatro esquinas y fábrica muy antigua que remata con unos mundos (sic.) de piedra labrada", que en estas casas "sobre la puerta principal" y "en medio de dos ventanas grandes", "hay un escudo de piedra grande, de hechura ordinaria, que en el cuartel y plano de la mano derecha tiene un sauce con cinco corazones, el uno en el tronco y los cuatro a un lado == y en el plano de la mano izquierda, trece estrellas, el cual escudo tiene alrededor follages y cinco escalas, y remata con una celada" y añadieron los informantes el dato de que "antes de entrar en el patio de la casa hay una portada grande de piedra almenada, con dos escudos de armas a los lados y en cada uno el sauce y los cinco corazones."

Hasta aquí el resumen del "Nobiliario de Soria", con citas y recortes de los informantes que visitaron la casa solar y la "torre grande de cuatro esquinas", que, a la sazón presentaba otra piedra armera, referida solamente al linaje "Salcedo."


La actual piedra armera de escudos acolados

Sobre la puerta principal sigue estando empotrado el motivo heráldico y blasón de los señores de Aldealseñor, pero bien manifiesto queda, hasta por la piedra nueva, mucho menos patinada que el resto de las paredes, que fue empotrado más recientemente, en alguna de las restauraciones de la casa solariega; es muy probable que en los primeros años del XVIII, y por cuenta del matrimonio formado por don Luis Angel de Salcedo y Río y doña María Josefa Beaumont y Elío, que habían contraido nuncias en 1715, en Valtierra.
Esta piedra sustituyó, sin duda, a la anterior de los Salcedos que fue vista por los "informantes", en siglos pasados.

La actual pareja de escudos acolados, conjuntan armas de Salcedos y Ríos, y añaden otras de Beaumnot, de Navarra, y por Elío, con grandes seguridades, la corona real, sobre el todo blasonado. Pues en una serie de entronques sucesivos, el blasón fue llenándose de figuras, elementos, y cuarteles.

Al ser el óvalo de la derecha de los acolados, escudo medio partido y cortado, en el primer cuartel trae el sauce y los corazones (Salcedo); y en el cuartel alto del cortado flores de lis y ondas de agua (Ríos); en el último cuartel las treces estrellas (nuevamente Salcedos). En el otro blasón, a la izquierda de todo el conjunto, que es cuartelado, trae, en el primer cuartel del jefe una estrella de ocho rayos y éstos como una cadena; bandas o veros, en otro; en los de punta, tres flores de lis, una sobre la banda, y dos bajo ella, en el primero, y un león rampante sobre cadenas, en el segundo.

Lleva bordaduras de escalas, el primero de los óvalos; y en el segundo se observa la presencia de los entronques Beaumont, Ríos, la casa Real de León, y otros linajes montañeses.

Todo ello se ampara bajo la amplia corona saliente; destacas sobre un tapiz, imitado en la piedra, con finos flecos; los escudos van un poco separados por el vástago largo de la cruz de su Orden Militar; y todo está bordeado a manera de lambrequines, por una ancha orla, en la que se reúnen trompas militares, lanzas, banderas enrolladas, follajes, y grecas.


Cerca almenada, arcos, galerías y estancias

No solamente tiene, al exterior, una "portada grande de piedra almenada", sino un extenso muro, de canto descubierto, y almenado todo él conforme a la portada, siendo ésta de piedras escuadradas y sillería; sobre la puerta principal lleva cinco almenas piramidales; en sus laterales los blasones de los Salcedos.

El patio constituye un amplísimo terreno de forma trapezoidal, y con tres fachadas (la cuarta para el cerramiento es el muro que acabamos de describir).

La fachada lateral izquierda de la construcción, tiene cinco bellas puertas iguales, en arco rebajado las cinco, y de piedra sillería blanca.

De ellas las tres centrales debieron dar acceso a las caballerizas, establos, almacenes de grano o fruta, etc…

Por las laterales se pasó y se pasa, a las feraces huertas y jardines circundantes de la casa solar, todos ellos cercados, y en los que con frecuencia aparecen nuevas puertas de sillares sólidos, ahora tapiadas, y coronadas, a manera de almenas, por pequeños mundos o pináculos esféricos.

La fachada central es la más interesante. Tiene dos plantas, al igual que la fachada de la derecha.

En ella destacan como elementos más notables: la puerta de honor, y sobre ella la piedra armera ya descrita.
Dos balcones "(las grandes ventanas"), a diestra y siniestra, del blasón.
Otros dos accesos, o puertas más pequeñas y armónicas, en arco, que juegan en estilo con las de las caballerizas, y distintas ventanas y balcones, también de piedra sillar que iluminan las que antaño debieron ser estancias amplias, señoriales y grandiosas.

El lateral derecho es el más airoso y agradable. Su parte baja se resuelve también con arcos y ventanas de sillería.

La parte alta la recorre una galería de columnas cilíndricas que sostienen arcos rebajados, todo ello, según la fecha de los arcos de las caballerizas y de los de la fachada principal, fueron embutidos sobres los muros de cal y canto de la primitiva construcción.

Lleva la galería sobre cada uno de los mástiles cilíndricos, su capitel, en el que apoya el arco: basamento, fustes, capiteles y dobelas todo es de piedra blanca silícea.


Una torre grande de cuatro esquinas

No deja de ser objetiva y exacta la definición de la torre, hecha por los informantes para la prueba de nobleza y ejecutoria del apellido Salcedo.
Se halla instalada, exáctamente, en la posición más septentrional de la construcción (conjunto de casa-solar, patios, huertas, etc.) y destacan sobre los tejados de la mansión solariega, las tres cuartas partes de su altura total. Lo que sería cuerpo bajo de la torre sirve de apoyo a los gruesos machones de la techumbre y hasta hace buen oficio para que en ella se encajen también los techos de las estancias linderas, con sus bóvedas onduladas. Del nivel del suelo, a los pináculos o al remate de sus adornos ("mundos de piedra"), puede medir treinta metros; solamente tiene luces al mediodía. Su construcción es de sillarejos, recubiertos de mortero. Las esquinas de piedras angulares. También las ocho ventanas o luceras, que no parece hayan tenido nunca verjas voladas o barandales, son de sillares.

El interior está completamente hueco, y la planta es rectangular.
Por una escalera que se apoya en los muros, a manera de rampa, se escala hasta la plataforma más alta correspondiente al plano de las tres ventanas simétricas, cuadrangulares.

El lienzo más interesante de la torre es el del Sur, en su segundo tercio lleva al centro del testero dos ventanas iguales de forma rectangular.
Sobre la segunda hay señal de haber acabado allí la torre en su época más primitiva.

Parece que sobre esta primera y más baja cubierta, se construyó más tarde y a ella corresponde una sola ventana en arco, desviada hacia poniente sobre el eje de las anteriores.

Sobre ella, sobre esta ventana un poco apuntada, corren por los cuatro muros de la torre y embutidos en ellos, unos graciosos matacanes labrados que pudieran sostener la segunda techumbre, también desmontada, para darle, sin retirar los adornos salientes que la denuncian, la altura final y más ventilada e iluminada, al tener en ella cinco huecos de los ocho que tiene en total la torre.

Estos últimos cinco huecos buscan la simetría con las luceras más bajas. Las dos primeras ventanas pretenden un línea mudéjar; las tres más altas, junto a la cornisa o voladura de piedra labrada del tejado actual, son rectangulares como las del segundo cuerpo. Coronan la airosísima construcción fuerte, los ocho "mundos" sobre basamentos cúbicos, de una sola pieza.


Es de destacar que a media altura de la torre se conservan los apoyos de un elemento constructivo que no es frecuente observar en los castillos españoles: un cadalso de madera que rodeaba el edificio.


Cuando desapareció el peligro de la frontera entre Castilla y Aragón por el matrimonio de los Reyes Católicos, se fueron realizando a su alrededor nuevas edificaciones de carácter palaciego y así la antigua construcción defensiva se transformó en una residencia nobiliaria con las reminiscencias guerreras de las almenas ornamentales de la cerca y la vieja torre convertida en un símbolo.

Con su traza rural; su construcción, si sólida, menos refinada y aristocrática; sus materiales menos trabajados; su equipamento de ventanas de menores dimensiones y desnudas de herrajes, sin alarde de balconaje y forja; sus mismos pináculos un tanto aldeanos, por más elementales; y otros muchos detalles suyos a considerar... la torre fuerte de Aldealseñor sirvió de modelo y fue repetida luego, al construirse por orden de don Francisco López del Río, en la Ciudad de Soria la torre llamada de los Ríos. Y aquí sí, se hizo una torre noble, toda en sillares, aristocrática, solemne, dominadora, urbana y ciudadana, con balconaje y herrajes que realizó el arcabucero Pedro Palacios, que la de Aldealseñor no había pretendido ya que en aquellas veguillas o riberas del Merdancho no necesitaba de tanto afeite para pregonar su majestad.

A bien pocas leguas de la Soria del siglo XVI, pudo inspirarse el arquitecto constructor de la dominadora Torre de los Ríos, en la torre fuerte de los Salcedos de Aldealseñor.


Añadidos más tardíos

Uno de los añadidos más recientes se encuentra sobre el rellano de la escalera de honor, que también denuncia su presencia, al exterior, por su linterna de ladrillo rojo, adosada a una de las esquinas de la torre.

Se trata de una cúpula semiesférica, radiada en adornos de escayola, con seis grandes paneles trapezoidales todos ellos primorosa y geométricamente realizados.

El adorno termina en una gran circunferencia perlada que se interrumpe brúscamente en el lugar donde impide la dura esquina de la torre seguir su curvatura y ajustarse al ángulo recto de los sillares; de ahí que la cúpula, en lugar de cuatro, solamente tenga tres pechinas también molduradas.

Desde este sitio asistían a misa en la casa solar, los Salcedos, Medranos, Ríos o Camargos puesto que lo utilizaban de tribuna, ya que al mismo nivel (primera planta) y por un amplio arco, ahora ciego, se seguía la ceremonia en una sencilla estancia que fue la Capilla.

Aldea del señor, sin duda, porque tuvo tantos señores la Aldea.



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