Entre nosotros Mercedes de Aldealseñor
Viernes, 20/05/2005
Javier Narbaiza. En toda la provincia de Soria se despuebla el paisaje y se arruina la memoria desde hace siglos...
Me llego a los altos páramos de Soria cuando todavía laten en mi retina las sensaciones de la película El cielo gira, en la que su directora, Mercedes Álvarez, plasma el final de época en Aldealseñor. Paseando por el caserío me vuelve la voz de Mercedes, nacida allí, al igual que sus padres y sus abuelos, quien escribe: "En los libros he leído que el pueblo tenía a principios de siglo 400 habitantes, luego 300, más tarde 250... Y en toda la provincia de Soria se despuebla el paisaje y se arruina la memoria desde hace siglos en un retroceso imparable, acelerado en las últimas décadas...".
La cinta ha conseguido elogios de la cr´tica y todos los premios desde Rótterdam, París, Málaga, Buenos Aires y Nueva York.
La trama la marcan el paisaje y el paisanaje. El fondo no es otro que los colores de nuestras sierras, según la estación y el transcurrir de las horas. Llegan balidos de ovejas, aullidos de perros y conversaciones entre los protagonistas, con esa dicción cargada de dejes sorianos -todavía laten ecos de la última guerra-, y se llama parte al noticiario televisivo; o se sospecha que el hospedaje en el hotel que se montará en la Casa Fuerte de los Salcedos va a ser mucho caro.
Nos emocionan las caras rugosas y las expresiones del Cirilo, del Silvano, del José, del Antonino -genial e insuperable actor-, o las voces de la Andrea, la Valentina y la Blanca rezando el rosario. Nos llega, sobre el cielo limpio, la estela de un avión rumbo a la batalla, o el crepitar de las aliagas...
La narración fílmica nos transmite, con arte y pericia, la noticia ya archisabida por todos los sorianos, y que es que aquel mundo se está acabando. Mercedes Álvarez levanta acta de últimos rescoldos. Al tiempo ha conseguido que Soria, su paisaje y su luz, vayan a ser atisbados en cualquier lugar del planeta, con lo que su tarea presenta de testimonio y también de proyección turística.
Pero que nadie piense que El cielo gira va de simple nostalgia de aldea perdida. De esos recuerdos de cuando en el pueblo había mucho personal, se está generando una nueva historia que se plasmará en un hotel sito en el viejo palacio para quienes busquen el aire y la paz. Y han de venir emigrantes para atender a los rebaños u otros tesones empresariales. Y los postes de energía eólica perfilarán el nuevo horizonte de la Sierra.
Con todo, es importante que muchos hayamos descubierto a otra soriana ausente que atendiendo a la llamada de los ancestros ha regresado a su lugar de infacia para registrar memorias y también esperanzas de futuro.
Mercedes Álvarez ha mostrado un camino a quienes un día abandonamos esos territorios en busca de mejor fortuna: el de ser capaces de revertir empujes y adquiridos talentos sobre la tierra que nos vio nacer.
