La antigua Casa Consistorial estaba ubicada en el mismo lugar de lo que hoy es el Ayuntamiento de Aldealseñor.
Fue derribada en el año 1992 y reinaugurada en el año 1996. De ella se conserva únicamente la fachada.
El edificio constaba de dos plantas unidas por una escalera de acceso interior y fabricada en madera.
La planta baja tenía un espacio diáfano más pequeño que el actual, ya que compartía nivel con una pequeña habitación de acceso exclusivamente exterior y que no comunicaba interiormente con esta zona.
Esta pequeña habitación era ocupada por los jóvenes de la generación de los años 70 a la que llamaban "txamizo" o "terrizo" y estaba destinada como lugar de encuentro, sobre todo en las festividades estivales elaborando deliciosas limonadas a base de vino dulce mezclado con canela y limón o melocotón para que aquel que quisiera acercarse pudiera degustarlo.
Los "txamizos" eran decorados con "alpacas" (fardos de paja atados con cuerdas en forma de paralelepípedos rectangulares) que servían a modo de asientos dispuestos alrededor del perímetro interior del mismo y ramas de chopo recogidas en los márgenes de la rivera del Merdancho.
Esta habitación no tenía acceso a la planta superior, ya que las escaleras se encontraban en el espacio diáfano anteriormente mencionado.
La estancia superior se dividía en tres zonas bien diferenciadas, ya que el acceso a cada una de estas zonas implicaba el hecho de estar en posesión de la llave que abría cada una de las puertas celósamente cerradas.
Un espacio era destinado al ocio de los jóvenes de la generación del 60. Invirtieron en un futbolín y construyeron una mesa de pin pón con troncos de madera y aglomerado que fue posteriormente decorada de color verde con líneas amarillas.
Otra puerta daba acceso a la secretaría y guardaba la llave el Señor Alcalde.
Y la última puerta daba acceso a la escuela. Este espacio estaba ocupado por pupitres de madera de una pieza (mesa y silla) con capacidad para dos personas cada uno.
También disponía de un encerado que ocupaba la pared donde los jóvenes aldeanos recibian las explicaciones de los maestros que pasaron por Aldealseñor.
Posteriormente a la utilización de este espacio como escuela, se instaló un tocadiscos y lo llamaban "Picú".
Con el buen tiempo, sobre todo en periodos estivales, sacaban los altavoces al balcón y amenizaban con frecuencia los partidos de pelota que se celebraban en el frontón situado jústamente delante de éste.